En muchos jardines tradicionales es común ver a las niñas, en su mayoría, jugando en la cocina a preparar los más variados platos y a servirlos a sus comensales. Las
instituciones Montessori también apuestan a la cocina, pero trascendiendo lo meramente lúdico y dándoles la oportunidad a los niños de preparar comida de verdad.
Ello tiene un sustento teórico importante: la actividad de cocinar tiene numerosos
beneficios para el niño en crecimiento. No sólo estimula sus sentidos (al tocar, ver y oler los ingredientes que utilizan), sino que además favorece la memoria visual. Al cocinar, los pequeños aprenden a manipular diversos utensilios, lo que representa una importante contribución al desarrollo de la motricidad fina.
Por otra parte, el
espacio de la cocina también representa una fuente de aprendizaje y estimulación para los chicos. Los jardines Montessori generalmente cuentan con
espacios planificados para la cocina, en donde cada una de las piezas e instrumentos están cuidadosamente ubicados y ordenados al alcance de los niños. Esto es de gran importancia ya que permite a los chicos manejarse de forma independiente en la cocina (sin tener que pedir los instrumentos) aprendiendo a respetar el lugar de cada utensilio o ingrediente. El orden de las cosas en la cocina es un punto crucial, ya que ayuda al niño a organizar el espacio de trabajo y le permite, al finalizar la actividad, volver a colocar cada pieza en su sitio. En este aspecto es importante que la distribución de los objetos en la cocina no sea caótica ni numerosa, sino que resulte funcional y sencilla para los chicos.
Siguiendo con el
orden, es vital incluir un espacio o ubicación para los elementos de
limpieza. En los jardines Montessori los niños aprenden a ser responsables de la limpieza y el orden al terminar con su actividad, por lo que necesitan contar con los instrumentos adecuados para dejar el lugar en condiciones.
Al seguir una receta, los niños aprenden y asimilan otros conceptos de gran valor para la pedagogía Montessori. Uno de ellos es el respeto del
tiempo; cocinando los chicos descubren que cada tarea tiene un tiempo (por ejemplo cocinar un pan tiene determinado tiempo de cocción) y aprenden a ser pacientes y respetar esos períodos.
En Venado Tuerto, el
Jardín Montessori les brinda a sus niños la posibilidad de cocinar sus propios panes, como una actividad en donde aprenden a manejar los recursos de forma autónoma, responsable y exitosa.
Jardín Montessori ofrece a los padres un lugar diferente, cuidadosamente pensado y organizado para que sus niños puedan
crecer y aprender de una forma única. Allí, los niños tendrán la oportunidad de reconocerse en el proceso de aprendizaje, descubriendo nuevos caminos para la resolución de conflictos allí y en su vida cotidiana. Si tenés dudas o estás interesado es esta nueva posibilidad para tus hijos no dejes de visitarnos.